El agua es el sustento de nuestro estado. Nuestra economía, salud pública y calidad de vida dependen del agua potable. Lamentablemente, años de políticas y aplicación laxas han resultado en una disminución peligrosa tanto en la calidad como en la cantidad del agua en todo el estado. El resultado de descuidar nuestras vías fluviales se vuelve devastadoramente evidente cuando las vías fluviales se obstruyen con algas tóxicas y las masas de agua en todo el estado se consideran regularmente inseguras para nadar. Nuestros acuíferos están experimentando extracciones excesivas de agua e intrusión de agua salada.

¡No existe una «solución milagrosa” para ahorrar agua! Las amenazas a nuestros recursos hídricos son numerosas y variadas, por lo que las soluciones para abordar estos problemas también deben serlo. El agua potable requiere que promulguemos leyes que protejan los humedales, invirtamos en infraestructura hídrica y responsabilicemos a los contaminadores. La calidad y cantidad del agua determinarán el éxito o el fracaso de las industrias del turismo y de la pesca de nuestro estado, lo que afectará directamente a las comunidades, la economía y la cultura de Florida.

FCVEF aboga por leyes estrictas que detengan la contaminación en su origen y responsabilicen a quienes contaminan el agua. Los estándares de contaminación deben proteger la salud tanto humana como ambiental y las comunidades locales deben tener voz en la protección de sus vías fluviales locales. Creemos que las prácticas de crecimiento inteligente son necesarias para conservar el agua de cara al desarrollo, y que las políticas deben tener en cuenta los impactos del cambio climático en la calidad y cantidad de nuestra agua. FCVEF trabaja para garantizar que los recursos se dirijan a la implementación de soluciones de calidad del agua basadas en el consenso científico y que todas las oficinas designadas en puestos relacionados con el medio ambiente estén llenas de personas que defiendan mejor nuestro vital líquido.

Todos estos problemas se agravan en las comunidades de bajos ingresos y las comunidades de color, donde las personas a menudo enfrentan exposiciones contaminantes desproporcionadamente altas. A medida que atravesamos la crisis del COVID-19, es aún más crítico que protejamos nuestro medio ambiente, nuestra salud y nuestras fuentes de agua potable.